Francisca Blázquez, armonía sin
límites
En un mundo pleno de
conflictos y contradicciones, Francisca Blázquez es una
artista que ha encontrado un lenguaje que intenta transmitir la paz
existente en la armonía del universo. Esta artista madrileña,
multifacética y pluridisciplinar, nos lleva con su arte más
allá de los límites de lo cotidiano, produciendo un
singular efecto en la mente y el espíritu del observador,
similar a la meditación en algunas obras y a la exaltación
interior a la que nos conduce la plena vivencia de lo positivo en
otras. Al contemplar sus creaciones podemos creer que es posible
el orden en medio del caos existente.
Y es que Blázquez
desarrolla un arte altamente intelectual sin dejar por ello de ser
sensible y delicada.
La geometría por
sí sola no es su búsqueda, sino la unión de los
estados más puros del ser. Para ello hace acopio de todas las
formas, colores, luces, sombras, planos y profundidades sin caer en
limitaciones sino más bien acaparando todas las direcciones,
todas las dimensiones de lo estético en la que basa su estilo
que nos propone una sabia conjunción de los opuestos con un
sutil mensaje filosófico para un mundo que reniega de lo
diferente y que hace gala de intolerancia y extremismos a
través de la historia en todos los espacios y tiempos.
Los límites son
buenos, para salirse de ellos; como decía Hockney: "No
hay nada malo en limitarse, si luego uno es lo bastante valiente para
salirse de los límites, pero para ello hay que ser muy
valiente." Esto es lo que sucede con nuestra artista, que gusta
del reto de lo diverso y no encasilla sus inquietudes en determinada
manifestación artística. Al contemplar su
trayectoria se evidencia la capacidad no sólo de trabajo, sino
su afán por aprender, desarrollarse y arriesgar. Todas estas
cualidades le permitirán, sin dudas, ir decantando su arte
hacia grados siempre superiores y llevarnos a la contemplación
de la armonía de la dimensionalidad en la vida y en el arte.
Mª.
del Socorro Morac de Asmat
Crítico de
arte y pintora.
|