Francisca Blázquez, el dimensionalismo
geométrico
Francisca Blázquez
profundiza en los misterios de la forma geométrica, intentando
avanzar más allá de sus dimensiones físicas,
conectando con los símbolos que encierran, que son las claves
de acceso a las otras realidades.
El Dimensionalismo
geométrico de Francisca es espectacular en su configuración,
no solamente porque emplea formas complejas, extrañas e
ingeniosas, sino, también, porque va más allá de
sus propias limitaciones físico-químicas y se adentra
dentro de contextos más trascendentes.
A la artista madrileña
no solo le interesan las posibilidades de expansión estéticas,
es decir la concepción abstracto geométrica de su
pintura, sino que también está preocupada por las
expresiones lumínicas, atribuibles a la luz de los astros, del
sol o de la luna, pero también a la existencia del cuerpo
astral, etérico o del cuerpo de luz gemelo. Y ello es así
porque no se rige por factores exclusivamente externos en su vida. Es
una creadora que se implica con la espiritualidad, con los grandes
maestros y su legado, pero también consigo misma. Hay muchos
mundos pero están en este. Somos pequeños dioses que
nos miramos a nuestro interior para avanzar mucho más allá
de lo que nos han contado.
Vivimos en sociedades
que, aunque se encuentren en pretendidas democracias, educan a sus
ciudadanos con el pensamiento mayoritario, bien sea político,
sindical o religioso. La actual movilidad de los ciudadanos
posibilita el encuentro entre diferentes gentes de distintas
religiones y creencias políticas, pero en las escuelas, si
nadie dice lo contrario, es la educación general compartida la
que se imparte. De ahí que si vivimos en un país
oficialmente cristiano, por ejemplo, no haya posibilidad para que sus
ciudadanos en el sistema educativo accedan a enseñanzas
esotéricas o ocultistas. Digo esto no porque Francisca
Blázquez sea una practicante esotérica, sino porque su
obra ha alcanzado un nivel tan avanzado de libertad que le ha
posibilitado el contacto con otras creencias y con las fuerzas que
rigen realmente el mundo y la naturaleza las cuales estudian
precisamente los esotéricos. Su iniciación a las mismas
ha sido a través del arte. De manera involuntaria ha
conseguido conectar con el inconsciente colectivo, con las otras
realidades espirituales, además de las propias de las
religiones más extendidas.
El Dimensionalismo,
además de significar una aportación distinta de la
geometría encuadrada dentro de los parámetros de la
ciencia y la creencia espiritual, es también la expresión
de un modo singular de meditación, que se muestra con fuerza,
buscando los puntos de conexión más profundos con el yo
espiritual, a partir de la utilización del color, del empleo
de la fuerza de la forma, del planteamiento atemporal en el espacio.
Elabora una obra al margen del tiempo, universal, clásica en
el aspecto que logra trascender sin limitaciones ni complejidades
artificiosas, que evoluciona con rapidez, que no posee dobles
lecturas, dado que su laboriosidad es tal que hace de lo complejo el
norte de su propio desarrollo.
Dimensionalismo
significa dimensiones, viajar a través de distintas
realidades, a través de las formas geométricas, con el
color como medidor de estados de ánimo, verdadero introductor
o llave que abre las puertas del conocimiento.
La creadora madrileña
indaga en su interior, medita, viaja y conecta con energías
que no se ven pero que están ahí. Son energías
espirituales, que nos componen y definen, lejos del envoltorio del
cuerpo. Nuestro cuerpo es una conjunción de múltiples
formas, regido a nivel biológico, pero, también y por
antonomasia, está formado por cuerpos etéricos y
astrales, cuerpos de luz gemelos, ángeles guardianes, fuerza
mental y los puntos energéticos o chacras. De ahí que
Francisca libere las energías ocultas, conecte con las otras
realidades dimensionales para expresar con formas, planos, líneas,
curvas, círculos, poliedros, hexágonos y triángulos
su capacidad arquitectónica de medir un mundo esencial que va
más allá de los límites físicos, que
conecta con las geometrías avanzadas, que son parte inherente
del universo lejano y cercano, que constituyen nuestra propia
estructura interna. Todo es materia y energía. El yo, el yo
superior, el tú y el nosotros, pero también el,
‘ellos’. Maestros, santos, iniciados y ocultistas,
artistas y creadores, todos ellos portadores de una espiritualidad y
de una fuerza mental que cambia el mundo, evita las guerras y nos
transporta con la música de Dire Straits a aquellos mundos de
los que procedemos y a los que iremos de nuevo con más
experiencias y vivencias en todos los planos.
Joan Lluís
Montané
De la Asociación
Internacional de Críticos de Arte
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