Francisca
Blázquez
Acostumbran algunos “críticos”
sin catarsis de arte y sin crisis artística a decir palabras
altisonantes, grandilocuentes, hiperbólicas para demostrar que
saben decir nada diciendo solo palabras.
El arte de Francisca es el arte de la geometría
espacial, cósmica, que hay que mirar con el prisma de la
cultura de siglos.
Todos sus cuadros tienen una referencia cultural,
atávica que, aunque solo sea por la forma y el color, nos hace
imaginar su lenguaje simbólico.
Para mejor entender su arte, desde una
perspectiva, habría que ver todos sus cuadros colocados
cronológicamente. De allí sacaríamos, en primer
lugar, la suma de conocimientos que ha ido acumulando y plasmando.
No sabemos, porque no
existe, dónde puede acabar su concepción artística,
siempre con la incitación a ver algo más detrás
de cada obra.
Y no se
trata sólo de figurarse, sino de ver la provocación que
nos estimula al verlos.
Uno puede estar de acuerdo o no, pero su universo
va mucho más allá de lo que estampa en las telas. Para
mejor comprender su arte, habría que colocar sus cuadros en un
mosaico en una gran cúpula en la que cupieran todos. Ese es su
universo, porque no cabe duda de que sus cuadros forman un universo
de múltiples interpretaciones. Además placentero, ya
que nos sentimos tentados a imitarla. Y si no, no sería arte.
No sería dimensionalismo.
¿Hay que mirar su arte de otra manera?
Cada uno ve diferentemente. Por lo menos desde el ángulo de la
incógnita de qué ha querido decir en cada uno. Todos
sus cuadros tienen un mensaje.
Manuel
Aparicio.
Escritor, columnista de "El Correo de Burgos" (El
Mundo).
Burgos,
09-12-2009
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