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Exposición de esculturas del 16 de mayo al 3 de junio de 2007 en el Palacio de la Diputación de Cuenca

 

Luis Guerrero, la mirada vital del escultor y el hálito de la madera
 


Luis Guerrero es un escultor que se concentra en la trascendencia de los materiales como tales, en el sentido de dotarles de sus características primigenias, trabajando la madera de tal forma que la presenta con sus detalles esenciales. Es decir que no abandona el discurso de la materia por la materia, sino que emplea la materia en el aspecto más determinante para dotarla de su propia honestidad como material en sí mismo. De ahí que se exprese con determinación y claridad, empleando las herramientas de escultor, conservando nudos, irregularidades, formas originales que transforma pero que mantiene en la medida de lo posible, es decir que aunque cambia el azar, hace que el mismo intervenga a partir de su trabajo.


Realiza un culto biológico de la forma, persigue y consigue la determinación de sus alcances, pretendiendo alcanzar la propia evidencia en la esencia contenida de sus ideas.


Destaca la biología, el ser humano, el culto humanista, las formas biológicas, redondas, curvas, redondeadas, la persistencia del gesto, el trabajo directo del material, la presencia de espacios, del espacio, huecos que se interrelacionan con las estructuras formales.

 

Huecos, formas, redondas, esféricas, texturas expresivas, sensuales, pulidas, suaves, existencia de evidentes signos de las calidades y características de la madera.


La mirada vital del escultor se confunde con el hálito que desprenden sus maderas. En ocasiones la sensibilidad y el temperamento del creador plástico castellano se entrelaza con la fuerza de los distintos tipos de madera. El resultado es una obra de culto a la vida, de fuerza interior y exterior, enfocada para expresar la necesidad de ir más allá de los desarrollos, contenidos o no en sutiles evidencias que surgen de su ansia en fomentar la fuerza y la determinación propias de la vida.


Es un creador preocupado por la técnica, insistiendo en adaptar instrumentos y herramientas según necesidades de las distintas maderas en las que crea. Pero la técnica, en su caso, está en función de los resultados finales, del concepto que trabaja con insistencia. La suya es una actitud que se basa en el conocimiento del medio natural, en la observación, en determinar momentos que favorecen la propia dinámica vitalista.


Luis Guerrero no renuncia al volumen, estiliza formas, busca la síntesis, pero, tampoco se esconde cuando la obra necesita una expresividad más detallada, una alegoría concentrada o bien el resaltar aspectos formales para concretar mejor la atención de los interesados.


Hay un choque de trenes, entre el escultor, creador de nuevas formas, generador de ideas, y la propia fuerza intrínseca del material, que, al final es moldeado según designios humanos, mostrando el culto alegórico biológico y existencial.

 


 

Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte 

 

  

 

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