Expone a partir del 27 de agosto de 2008 en Shanell Galería de Arte, Santo
Domingo (República Dominicana)
Reyes Ocre, H2Ocre, alegoría, símbolo y enigma
El artista dominicano Reyes Ocre, surrealista, enigmático y amante del Caribe y
sus mares, cuyo Art Dealer internacional es el economista español Oscar
Villegas, expone a partir del 27 de agosto de 2008 en Shanell Galería de Arte,
en Santo Domingo, República Dominicana, la muestra titulada H2Ocre.
Peces, cefalópodos, caballitos de mar, pulpos, vegetación submarina, aguas
ágiles y claras, envolventes y sutiles, personajes ataviados con escafandras,
presencias geométricas circulares, que encierran y potencian a peces y su
entorno, como si fueran espacios de transcendencia energética, predominan en la
dinámica sutil y sensual, colorista y enigmática del Caribe de Ocre.

La biodiversidad marina, la sensualidad cromática, el vaivén del agua, la
profundidad de los fondos marinos, la enigmaticidad de la alegoría surreal que
Reyes Ocre muestra con determinación, constituye una fina ironía que envuelve de
forma glamurosa el misterio.
En realidad los peces son personajes, personas, seres alegóricos procedentes del
mundo surreal, del subconsciente, que forman parte del desarrollo de su
concepción de la alegoría.
Predomina lo simbólico para resaltar el enigma, la fuerza del misterio, de lo
inexcusablemente sugerente y sensual, sutil y denso.
Su densidad es biológica, el colorido caribeño, la fuerza interior espiritual,
la determinación por la vida una actitud que viaja más allá de la anécdota.
Su obra es original, en el sentido de que huye de la concepción paisajística,
busca planteamientos geométricos, esferas libres, sin barreras, que flotan en el
agua, como si fueran auténticas burbujas de energía llenas de peces y
vegetación, de fondos marinos en los que el circulo energético es protagonista.
El círculo es el misterio, la puerta de entrada a la energía primordial, punto
de enlace entre la dimensión real y la esotérica. No hay término medio, todo
está entrelazado por finos hilos de energía sutil que no se ven a simple vista.
Una energía que el artista de Santo Domingo canaliza a partir de los animales
del fondo marino, que son como profetas de su tierra, abanderados que sostienen
el legado de determinación singular específica que va más allá de las
circunstancias que los determinan.
La realidad es alegórica, porque todo lo que existe no lo vemos, sino que hay
partes de este todo que se rigen por leyes más sutiles.
Ocre apuesta por lo biológico, pero, de repente, se vuelve enigmático,
presentando en la Santa Cena, a Cristo y los doce apóstoles con una escafandra
de buzo, o con algo que la recuerda, con cola de pez, formando parte de su
animalario místico alegórico singular, que se sustenta en la visión sosegada de
una existencia rápida, experimental, fuerte y determinante, que enlaza con el
fuerte sentimiento vital, pero, también, con el misterio. El enigma está
servido, en el sentido de que no todo lo que se ve es lo que parece.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA)
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